Constantine Loyd y yo, no hablamos personalmente. Nuestra conversa fue posible gracias a la mediación de la tecnología; y de esa forma, pude conocer y captar la fuerza de una obra que transmite la búsqueda que el artista sostiene con lo más intrínseco de la condición humana.
Por Humberto Luque Mendoza
Él mismo intenta explicar el significado de su propuesta, aunque esto sea un intento inútil, porque sabemos bien que, como espectadores, uno simplemente se deja cautivar y atrapar por el trabajo de un artista.
“Mi lenguaje visual y plástico (pues me manifiesto principalmente desde la materia y lo escultórico) se ha desarrollado en torno a los desafíos intrínsecos en las relaciones humanas debido a los contenidos no trabajados que tenemos todos en nuestra psique”, resalta.
Al respecto, señala, “algunos se centran en el ‘otro’, a mí me interesa es el “todos”, todos nosotros como especie sin distinción. Es a través de ese discurso visual que abordo las diversas temáticas contemporáneas, amén de postular este lenguaje como una temática en sí mismo. Son varias las capas de sentido”, acota.
Temáticas variadas
En ese orden, Constatine Loyd, cuenta con un abanico amplio de temas que lo inspiran. “Por ejemplo, recientemente tuve la dicha de participar en una convocatoria de la Embajada de España, Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la Sala TAC y el Trasnocho Cultural denominada “Crear el Futuro”. La misma, comprendió una serie de formaciones que recibimos los artistas durante 3 meses; luego, ese trabajo decantará en un producto editorial digital”.
Describe la experiencia como “fabulosa”, la cual le permitió explorar “una temática que me preocupa y ocupa: ¿A dónde vamos a ir a parar si esto sigue así?, como dicen las abuelas”. Agrega que el resultado fue una serie que abrió bajo el nombre “Crear el futuro” y que pronto verá la luz.
Asimismo, señala que tuvo el placer de formar parte de una exposición colectiva en los espacios de la Galería Impulsarte, para la cual preparó obras de pequeño formato en una serie denominada Rorschach – Interpretaciones libres. En la misma, cada obra se titula ¿Qué ve usted aquí? En numeración ascendente.
“Allí cuestiono y juego un poco con parte de la dinámica del arte contemporáneo en la actualidad. Los artistas en el arte contemporáneo abordamos diversas problemáticas y damos nuestras interpretaciones sobre ellas para crear una movilización y reflexión al respecto en el espectador. Con esta serie quise adrede invertir esa dinámica y que quien observa sea el que haga las interpretaciones, y yo artista, sea quien reflexione sobre ellas”, apuntó.
Arte incómodo
Constantine Loyd, describe su trabajo como “honesto, a veces incómodo, pero siempre reconfortante (aunque suene paradójico)”. Sobre las corrientes artísticas prefiere dejar eso a los expertos teóricos. “Algunos me han ubicado en tendencias diferentes, así que eso se los dejo a ellos. Solo sé que soy artista visual y escultor emergente contemporáneo”, acota a quemarropa.
Sobre sus influencias, el artista destaca que su referente número uno es Louise Bourgeois. “Llevo en mi brazo derecho tatuada su frase más famosa y que de su puño y letra reposa en el MOMA: «Art is a guaranty of sanity«. Para jamás olvidar que en la vida el sentido solo viene de ser en el hacer”.
Con relación a qué tan importante es la musa o el elemento intuitivo para el desarrollo de su trabajo, refiere que “en mí el elemento intuitivo es fundamental, porque si bien tengo claras a priori las problemáticas que me preocupan y ocupan, al momento de plasmar en la materia mi proceso de creación es directo sobre ella. No uso bocetos o maquetas previamente. Dibujo directo sobre la madera por sustracción, luego adiciono el metal y el color”.
Artista con interrogantes
La aceptación del trabajo de Constatine Loyd ha sido como la propia obra, orgánica. “He tenido la oportunidad de contar con gratos comentarios y observaciones enriquecedoras de parte de miembros del medio artístico, por lo cual estoy muy agradecido. La mayoría de quienes me conocen saben que pregunto mucho, pero como artista emergente es lo propicio, pues si uno no pregunta cómo aprende”, reflexiona.
Dice haberse reconocido como artista desde la primera vez que tomó un lápiz y un creyón de color con las manos. “Lamentablemente por prejuicios familiares cuando llegó el momento de seleccionar carrera decidí que no quería ser artista, así que estudié y me gradué de Licenciada en Comunicación Social Mención Comunicaciones Publicitarias en la UCAB y buena parte de mi vida fui Creativo publicitario”.
No obstante, formalmente inicia su camino en el arte en el año 2016 elaborando la Serie Mi Infancia/Infancia 1; “desde ahí mi lenguaje visual ha ido evolucionando al igual que se ha ido expandiendo el abanico de temáticas. Actualmente siento que tengo un lenguaje bastante definido que me permite abordar todas las problemáticas que me inquietan. Las obras que presento en Galería Impulsarte son una suerte de, entre cuestionamiento y juego, sobre parte de la dinámica del arte contemporáneo en la actualidad”, resalta.
Arte como inversión
Para Constantine Loyd, vivir económicamente del arte es viable, “pero para ello entran en juego una gran cantidad de variables diferentes con las cuales hay que aprender a maniobrar, y eso se logra solamente en el tiempo, con disciplina y estructura. El arte es la mejor inversión que existe, pues de ella solo derivas placer, mientras la ves revalorizarse cada día”, apunta.
A los noveles artistas recomienda tener curiosidad, talento/habilidad, estructura y disciplina, “pero son apenas las primeras notas de un complejo mundo. Insistan, persistan y nunca desistan”, sugiere.
En cuanto a aquellos que desean iniciar sus colecciones, aconseja que se dejen guiar por su esencia, luego investiguen al artista. Los espacios están muertos hasta que se les ocupa con arte y gente”, finaliza.