JOSÉ ROBERTO ARRÁIZ: «El arte para mi es estar y vivir en una constante investigación»

José Roberto Arráiz es un artista que de a poco se ha ido decantando en una propuesta que al igual que uno de los elementos que más pone de manifiesto en sus obras, el círculo, habla de continuidad e infinito.

 Por Humberto Luque Mendoza

Sus composiciones “se organizan en líneas o franjas diagonales que sugieren, al contrario de la composición clásica, estática, mucho dinamismo y líneas de fuga que hacen crecer la composición más allá del lienzo, como en el Barroco. La línea que perdura, se expande y difumina un círculo, se repite sin tregua en todas las obras del artista caraqueño.

Artista José Roberto Arráiz.

Se describe como un artista desde los primeros suspiros de existencia. “Todo empezó desde niño, desde los días en los que mi madre, Nilka Herrera, tomaba clases de pintura con la profesora Amparo Rojas y yo la acompañaba. Desde ese momento recuerdo a mi mamá comentar que vio en mí un talento innato; y a partir de allí su respaldo hacia mis inclinaciones fue incondicional”.

Al comienzo, señala que pintó del alma en Venezuela, el Ávila (montaña que bordea Caracas), descubriendo paisajes y flores; luego en Viña del Mar (Chile), presentó sus particulares casas en Valparaíso, y allí experimentaba con varias técnicas y prácticas que fueron ayudándolo en su desarrollo y encuentro hasta ser lo que es hoy: alguien cuyo lenguaje se expresa a través del círculo y la línea. Esto es geometría pura, espacio donde el círculo puede estar en movimiento, estático o difuminado en las líneas que permiten el desplazamiento y la profundidad”.

Arráiz describe su trabajo como “espiritual y universal”. Desde el aspecto analítico, y dependiendo de la perspectiva con que se analice, su obra reúne elementos de movimientos artísticos como Cinetismo, Futurismo, Constructivismo y la Abstracción geométrica”, señala.

Toma el círculo desde un punto de vista “divino”, al modo de los griegos antiguos, evocando la perfección y las líneas que siempre lo acompañan como el eterno devenir, representando con ello lo real y el movimiento.

“Fueron quince años de estudio entre Estados Unidos, Francia e Italia, preocupándome de crear mi propio lenguaje. Uno puede estar inspirado en cierto movimiento artístico, pero esto dista mucho del copiar. No hay anécdota en mi obra, es la búsqueda plástica pura, y para ello hay que investigar. Se debe respetar el trabajo de todos, porque en el arte no cuenta quién seas o qué tengas, sino demostrar que puedes llegar a crear un lenguaje con estudio y talento”, acota sin reservas, y tajante sobre su propuesta.

Recorrido vital

El pasearse y probar otras experiencias y enfoques en diversos países; ese recorrido que lo ha nutrido de experiencias le ha permitido enriquecer y decantar aún más su propuesta artística.

“La experiencia en diferentes países me permitió crecer muchísimo en mi área, además de compartir momentos con artistas y maestros extraordinarios como Cruz-Diez, Luis Tomasello, Yaacov Agam, Antonio Seguí, Asdrúbal Colmenárez, Juvenal Ravelo y muchos más, a quienes respeto y admiro mucho. Por supuesto, eso me permitió conocer sus obras de cerca. Esto ha sido parte de la investigación que he adelantado, la cual ha ido de la mano de visitas a museos, galerías y bibliotecas.

“El arte para mi es estar y vivir en una constante investigación”, acota, y agrega que actualmente siente que su experiencia vital como artista se expresa en “un constante estudio y evolución de mi lenguaje, reunión de círculos y líneas que me acompañan como orbes a cada momento, intentando llegar y avanzar con ellos a su cuarta dimensión, pero siempre desde lo hecho a mano; sin intervención de la tecnología. Quiero mantenerme por ahora y hacer mi investigación desde el pincel, lápiz y lienzo”.

El norte, la excelencia

José Roberto Arráiz no para de investigar y crear, es como un eterno girar de su círculo personal. Destaca que su trabajo apunta a la excelencia. “Me tomo muy en serio lo que creo y amo. El arte es parte de mi vida, es energía pura que respiro y plasmo en mis manos. Los sueños son sueños y vivo en el aquí y en el ahora, dando lo mejor y siendo agradecido. A partir de ello, y mi lenguaje, mi obra está pensada para que perdure en el tiempo”, resalta.

A propósito del trascender, y el enfocarse más en lo espiritual o metafísico, hay inquietudes con relación a la filosofía de vida que plasma en su obra. En ese punto, el artista destaca que lo espiritual está impregnado en todo su trabajo. “Mi filosofía de vida se expresa en que somos energía y cuando no estamos en este plano físico nos desplazamos como orbes. Estos orbes, que pueden tener varios significados, es lo que pinto y quiero transmitir”.

El reto de posicionarse

El mercado del arte puede ser duro, porque existe mucha competencia, por la variedad de propuestas innovadoras, y posicionarse representa un gran reto para cualquier artista; sin embargo, Arráiz cree firmemente que “si te propones de corazón y con fe; si escuchas tu yo interior, puedes lograr lo que te propongas en tiempos de aprendizaje y maduración. El que ve mi obra y siente la diferencia está en sintonía con lo que siento, esa es la persona que quiero que tenga la energía universal pura que plasmo”.

José Roberto Arráiz es un convencido de que a pesar de las circunstancias adversas que en determinando momento pudiera experimentar el ser humano, el arte es una ventana que ofrece rentabilidad no sólo desde el punto de vista espiritual sino económico.

“El arte es una inversión, y muy rentable; y más cuando el artista tiene su lenguaje, es serio y constante. Por eso ser artista requiere creatividad, constancia. En ese sentido, mi recomendación a aquellos que quieren invertir, es a que evalúen bien el trabajo del artista, e intenten percibir la energía que transmite”, apunta.

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Sobre el artista

José Roberto Arráiz, es un artista caraqueño nacido el 17 de abril de 1975. Estudió dos años de Arte Puro en la Escuela Cristóbal Rojas y partió a Estados Unidos a explorar sobre movimientos artísticos, geométrico-cinético y la Bauhaus. De allí el círculo y la línea como su medio de expresión, aunque en trabajos anteriores ya se puede observar la presencia del círculo. De allí parte a Europa, a países como Francia, Italia y España, donde continúa su investigación, la cual no ha cesado.
José Roberto Arráiz
Ha participado en diversas exposiciones colectivas y subastas, tales como: “Máscaras para una Sonrisa” en el año 2000. Y otras tantas en los años 2015, 2016 y 2017, a beneficio de periodistas en ciudades como Nueva York y Miami.
En octubre de 2017, presenta su obra en la bienal del Museo de Arte Geométrico (MADI) en Dallas, Texas, donde su obra queda seleccionada como finalista. Producto de varios años de estudio, el 4 de marzo de 2018 presenta su exposición individual en la galería GraphicArt, en la sede de Caracas, donde muestra una variedad de obras, teniendo de manera constante al círculo como protagonista, llenas de colores vibrantes y luminosos creando perspectiva, profundidad y movimiento.
En julio de 2018 expone junto a otros artistas plásticos venezolanos en la residencia del Embajador de Francia en Venezuela, como un homenaje a ambos países. En septiembre de este mismo año presentó su obra en New York, USA, en una colectiva a beneficio de los periodistas venezolanos, denominada “Un viaje a través de la perspectiva”.