Cryptoarte ¿novedosa forma de invertir en arte?

El Cryptoarte sigue su auge, y varios portales orientados a este nuevo ecosistema hablan sobre las ventajas que ofrece a los artistas y a aquellos que desean hacer inversiones en ese campo.

Obra digital de Beeple, que fue vendida en la casa de subastas Christie’s por 57 millones de euros.

Esta novedosa forma de expresión, tal como señalan especialistas en el área, surge de esa necesidad que existe por parte de los creadores, de ofrecer protección al trabajo que desarrollan en forma digital, para que el mismo no sea duplicado sin autorización.
En ese sentido, lo que se hace es utilizar como herramientas los blockchains o cadena de bloques y las criptomonedas como vehículo que permite que el mismo pueda ser transado en el mercado y de esta forma hacer viable el apoyo a los artistas y el trabajo que desarrollan.
Quien explica un poco mejor esta propuesta es la artista Daniella Attfield para el portal BelnCrypto; en el mismo destaca “el cripto arte es básicamente arte (no siempre digital) que recibe una firma única en el blockchain que confirma que es original y limitada en cantidad, al igual que las obras de arte originales y las impresiones fotográficas que han sido firmadas. Después se vende o subasta por criptomonedas y luego se transfiere al comprador, por lo que posee una obra de arte original, totalmente única, y verificada”, acota.

Freno a la amenaza de la copia

Refiere la propia artista, que este tipo de propuesta representa un freno u ofrece una solución “a la amenaza que enfrentan los artistas cuando su obra de arte es copiada por personas no autorizadas, lo que hace que su trabajo se deprecie”.

Ahora bien, ¿qué diferencia este tipo de arte del arte convencional?, el hecho de que cada obra que se produce “tiene un identificador exclusivo e indeleble: una firma digital, similar a un copyright o una marca de agua codificada, que no es visible a simple vista”.
Esta firma, sirve para poder identificar, verificar y rastrear su historial en el blockchain, lo que permite que la obra de arte se conecte de manera inalienable a su firma única y se grabe en el libro público digital inmutable del blockchain”.
Lo que esto significa es que la pieza original continuará en su extraña forma original, y puede apreciarse o depreciarse en valor porque cada pieza es esencialmente un token no fungible o NFT que luego se utiliza para constituir escasez digital verificable y propiedad digital.
Aunque este formato no impide que los piratas puedan hacer captures de pantalla, descargarlo o cargarlo para que otros lo copien, estas copias no poseen ningún valor.

Obra en formato NFT
NFT traduce, token no fungible o activo no fungible, lo que quiere decir que es un activo único, que no puede ser modificado ni se puede intercambiar por otro de igual valor, porque no existiría uno.

Ahora bien, para entender el valor del NFT de una obra digital, se debe tener presente que dicho valor está sentado sobre un planteamiento subjetivo, pues muchos de ellos resultan valiosos para los compradores, debido a que sus características son “deseables”.
A diferencia de las monedas que comúnmente conocemos en forma física, cuyo valor  depende de la liquidez, usabilidad o prestigio, las personas interactúan con los tokens no fungibles en forma parecida «a como lo harían con las obras de arte, las prendas de ropa y los bienes materiales, es decir, a través del gusto o el placer que les inspiran».
Por supuesto, y como ocurre con toda inversión, hay riesgos asociados a este tipo de activo, y es que no existe garantía alguna de que el valor y la popularidad de los NFT se mantenga a lo largo del tiempo. Todo depende de si su interés en el marcado se mantiene o disminuye producto, por ejemplo, de que se conviertan en piezas extrañas de colección y atractivas para un público específico.