Pristowscheg: Universo abstracto sobre un lienzo digital

Pristowscheg es el nombre con el que se presenta Giuseppe R. Lupo, artista que conecta a los espectadores de su trabajo con una frescura y juventud que trasciende la edad; y una trayectoria vital que proviene no necesariamente de las aulas de una escuela de artes plásticas sino más bien de la industria metalmecánica.

 Por Humberto Luque M.

Graduado de ingeniero electrónico en la Universidad de Padua (Italia), su obra muestra una particular forma de abstracción que comenzó en blanco y negro y fue evolucionando hacia imágenes abstractas que nutrió luego con vivos colores que encuentran en los computadores un aliado de excepción.

Pristowscheg, firma que nace hacia el año 2010, es el apellido materno del artista, con el que rinde “una suerte de homenaje al materno mundo espiritual de la fantasía”, y le sirve de igual forma para separar esa faceta artística de la del ingeniero.

La expresión de trabajo, tal como refiere en la obra escrita que presentó a propósito de su exposición individual “Perspectivas Cromáticas», destaca como “su expresión, cada vez más abstracta, encuentra su camino en el medio digital, que le permite “proponer cosas que no existen, que no se han visto”.

Perspectivas cromáticas

La pasión de Pristowscheg por el arte comenzó desde muy temprano. Describe que sus inicios se dan con la fotografía, y las intervenciones que hacía de trabajos fotográficos.

“La acumulación de imágenes, recuerdos y vivencias, me permiten reflejar sensaciones y emociones, sacarlas de mi memoria y hacer un compendio que comparto a través de cada obra”.

En el preludio de los años ’90, el artista exploraba ya los alcances  del recurso digital y se fue adentrando en las posibilidades que ofrecían programas gráficos como Picassa. “Empecé a crear, catalogar y darle forma a mis obras que con el tiempo se fueron transformando en colecciones”.

Como parte de su tránsito artístico vital cuenta con varias colecciones que reflejan su evolución, algunas de estas colecciones quedaron grabadas para la posteridad en la obra escrita: “Perspectivas Cromáticas”, que recoge gran parte de su trabajo a través de las colecciones:  «La Ruggine», «The Blue Suite», «Las Teorías», «Capítulo Cuarto», «Los Galimatías», “Busillis”, “The Break”, “Terro”, “Garbuglio”, “Nivuro Precolombino”, “La estética de la palabra”, “Expresiones”, en las que, a través de diferentes caminos, se pone de manifiesto la búsqueda cromática que integra en puntos de vista del constructivismo abstracto.

Las obras de Pristowscheg son 100% digitales. Son dibujos abstractos computarizados. “La obra de cualquier artista se influencia en lo que ve y en su experiencia. Una fotografía o una pintura es la representación muy buena de algo que existe, yo intento mostrar algo que no exista o que no se haya visto aún”, refiere el artista.

En su trayectoria, se ha inspirado en la vanguardia rusa, el constructivismo, el futurismo, y a partir de esas influencias ha ido ingeniando una fórmula para desarrollar sus piezas, lo cual no quiere decir que se encasille en una corriente.

Precisamente, para llevar a feliz término su propuesta gráfica, el artista utiliza el mouse como pincel y el monitor como lienzo, con lo cual desarrolla su inusual y muy personal forma de abstracción.

Computadora como lienzo

Pristowscheg es una especie de minero que va de a poco, descubriendo la joya detrás de las ideas y la imaginación; de la musa que aflora a cuenta gotas y que se deja descubrir a través del trazo y los intentos.

El autor, a base de intentar, transforma esa imparable exploración que desborda sobre la materia prima en pinturas digitales, que convierte posteriormente en impresiones de calidad museística.

El artista, ha desarrollado, como así lo describen “el dibujo digital hasta convertirlo en arte que trastoca los sentidos”.

Tal como resalta, con respecto a esta inusual forma de presentar o elaborar su propuesta artística. “Lo que aspiro es explorar una forma diferente de pintar, la computadora es simplemente otro recurso”; en ese sentido, subraya que “lo importante no es cómo llegamos  a la imagen, sino la imagen en sí”.

Precisamente Elisabetta Balasso en la obra que presentaron a propósito de la exposición en el Centro de Arte Los Galpones “Perspectivas Cromáticas” señala:

“La investigación intuitiva y acuciosa de Pristowscheg lo deslinda de discursos pompiers para centrarse en la alegría de seguir el desarrollo casi azaroso de la suma de abstracciones por las que pasa el color, desde los códigos binarios expresados en pixeles hasta la producción de un artefacto que sostenga la luz inicial”.

A lo que acompaña su descripción de cómo trabaja el artista: “Su taller es la computadora; la pantalla funciona como paleta y al mismo tiempo lienzo sobre el que se ensaya el gesto inmediato, la creación de formas hechas con luz coloreada, vitrales de luz incorpórea. El trazo digital deja rastros identificables, como parte de un lenguaje arraigado en la contemporaneidad”.

Pristowcheg, destaca que “cuando ves alguna obra abstracta no se debe buscar encajar formas que conoces a lo que ves. La idea es disfrutar y sentir. Los nombres en la mayoría de las obras no indican que es lo que deberías ver. Deformar y volver a formar la realidad, el color, ese es mi trabajo”.