SOTO: EL ARTE Y LA CIENCIA ¿QUÉ TIENEN EN COMÚN?

En un trabajo que a continuación reproducimos y que fue publicado en nuestra edición impresa Nº 22, Alexis Hernández Fonseca, Artista Plástico, Promotor de distintos salones Nacionales e Internacionales de Pintura; ofrece una visión personal e íntima del artista, Jesús Soto.

Esta discusión ha estado presente por siglos en la humanidad y, sobre todo, entre seres curiosos y diferentes que buscan explicar su existencia sobre tantos problemas que lo rodean. Esta inquietud ha impulsado a los seres humanos a buscar la verdad. Tradicionalmente se conocen dos explicaciones sobre esa verdad, una mágico-religiosa y otra sobre lo real o concreto. Las religiones tienen una explicación dogmática y las reales han ido acumulando durante siglos acciones empíricas sobre el objeto concreto a ser investigado. Estos problemas persisten y están allí, y su explicación corresponde a la evolución histórica y social del contexto donde se encuentra.

Esa percepción de la verdad también está determinada por su proceso de actualización histórica. La hipótesis que desarrollo en mi libro “Soto. La Dialéctica”, donde expongo abiertamente que los procesos creativos están también condicionados por métodos y sistemas de ideas condicionadas por el lenguaje y la reestructuración de su respectivo discurso, además de esa realidad histórica concreta y dialéctica. Presento allí cómo el maestro venezolano Jesús R. Soto utiliza, en la realización de sus obras, herramientas y conceptos tomados de una realidad histórico-cultural, como son los conceptos e ideas de los más importantes movimientos artísticos europeos del siglo pasado, y vemos también la influencia que tienen las ciencias físicas y lógicas sobre el pensamiento de las Artes.

A partir de los años cincuenta podemos apreciar como Soto no escapa de esa realidad científico-cultural. Así, notamos como va construyendo su obra con la invención de su propia metodología; estructurando, con los significados y significantes, un lenguaje que lo lleva a resolver el problema de la cuarta dimensión en el Arte de manera muy personal, lo que era el “Santo Grial” en las Artes, tal como el “movimiento” o lo que conocemos hoy popularmente como “Cinetismo” y sus efectos colaterales, como lo son las variables: Tiempo y Espacio.

Lo paradójico de todo esto es que, siendo una corriente abstracta y no objetiva, produce como resultado obras objetivas, palpables y concretas. Hoy por hoy hay muchos artistas que desarrollan y plantean este movimiento en sus obras. La discusión es abierta e infinita, así como también es básico en todo arte o ciencia un ingrediente llamado creatividad o ingenio, o esa energía necesaria que implica la creación de la obra.

Con base en ese lenguaje técnico creado por Jesús Soto, podemos “leer” su discurso con sencillez, y vemos como se produce en su discurso estético lo que conocemos como la “ruptura epistemológica” que Soto ocasiona en el Arte Contemporáneo, abriendo caminos infinitos y nuevas posibilidades dentro de esta tendencia. Su obra genera una energía que no solo trasciende la tercera dimensión, sino una cuarta dimensión que invade el entorno físico, rompiendo con los esquemas tradicionales de la bidimensionalidad y la tridimensionalidad, invadiendo otros espacios físicos, urbanos y arquitectónicos, trastocando toda la percepción que hasta hoy se tenía en el espacio físico-estético, produciendo una atmósfera relativista, variable, esfumable y dinámica.